jueves, 10 de enero de 2008

DE DESCUENTOS Y DESENCUENTROS (1ª PARTE)

APORTE DE LUCAS SAVIGNANO
Luego de decidirme a renovar mis zapatillas, nuestra querida Marina me recomendó que le preguntara a Diego, de Adidas, que del tema sabe y mucho.
Pues bien, no solo le pregunté el mismo jueves, sino que luego me explayé deliberadamente por este medio.
Diego, un groso de aquellos, tuvo la delicadeza de responderme y encima compartiendo datos muy buenos para que este que escribe pudiese al fin decidirse.
Estaba claro: la mejor opción se llamaba "Adistar Control".

En la jornada de hoy encaré entonces para el Abasto, uno de los tres puntos señalados como los que nos favorecerían con el esperado descuento.
Busqué el Adidas, lo hallé abajo, di vueltas, mire, toqué, hasta que cai en el sector de zapatillas. Y ahí estaban, ansiosas, invitandome a que me las llevara para iniciar un confortable período de entrenamientos e ilusiones.
- Que buscabas?-, me preguntó el vendedor.
- Quiero unas Adistar Control.
- Talle?
- Mmm... 40-, dije con la certeza de quien está seguro de su duda.

Fue, las buscó, me senté, seguí mirando las que estaban para invitar a otros a caer en la misma tentación que yo, hasta que al fin volvió. Abrio la caja, sacó esos papeles blancos que nunca entenderé que función cumplen, y ahi estaban: hermosas, brillantes, esperanzadoras.
Me las probé, e iban fenomenales. - Casi un dedo sobrante: creo que están bien-, le dije al vendedor, quien hacia que tenia interes en mi declaración.
- Las llevo.
- Bien, pasá por la caja y...
- ¡Ah! (salté, recordando lo fundamental): tengo un descuento de Adidas.
- Uh, sabes que los descuentos corren para todos los casos unicamente de lunes a viernes.
- Pésima noticia.
Ahi nomas se arrimó una atenta vendedora y me preguntó: - ¿de FCMax?. -Si, le dije a pura duda. -Ah, no hay problema. Se puede hacer hoy-. -¡Regio!-, me alegré.

Entonces sí, fuimos a la caja. Cuando la cajera me avisó el importe, tal cual el vendedor me habia encomendado le avisé del descuento. Me dijo que muy bien, y tiró la frase que terminaría siendo lapidaria: - Permitime el carnet-.
- Ehhh... esteee... mmm... no, ¿carnet? No. No tengo. Tengo esto (y saqué lo mas cercano: el simpatiquisimo tiquet que tantas burlas recibe a la hora de las cobranzas).
Lo tomó, lo semblanteo con extrañeza, y le fué a preguntar al capo de los capos, y este le dijo que no, que eso no servia, que tenia que presentar el carnet. Le aclaré que me habian comentado que con presentar la cédula o el DNI ya se podía hacer, pero no, que no, que no puedo, y así. Que por lo menos tenia que presentar una constancia. ¿What?

¿Entonces? Entonces nada, cumplí en retirarme con las manos vacías, dejando a esas hermosas Adistar Control ya embolsadas y listas para comenzar a vivir atrapantes aventuras. Y me fui, gané la puerta, claro que acordandome de dios, María santisima, los apóstoles, Gardel, los guitarristas y las manos de Perón.

En definitiva: ¿cual es el mecanismo justo para poder disfrutar del querido 15 que Adidas nos ofrece?
Y ademas, ¿alguien ha podido utilizarlo con mejor suerte?

Saludos, compañeros.

Lucas, el descalzo.

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