jueves, 10 de enero de 2008

HISTORIA DEL EDIFICIO KAVANAGH

APORTE DE ROBERTO SEREBRINSKY- Con la Colaboración de Julio Ianovsky
La increíble historia del Kavanagh, el edificio que nació por el despecho de una mujer ¿Puede el mal de amores llegar a la arquitectura? ¿Es cierto que el que fuera el mayor edificio de Sudamérica nació de una revancha sentimental?
Aquí la historia del " Kavanagh", la construcción del barrio de Retiro que condensa el despecho y amor propio de una legendaria mujer. Ubicado en la intersección de Florida y San Martín, su imagen jamás puede pasar desapercibida entre los transeúntes. Pero si la historia que se esconde detrás de esa mole escalonada con estilo racionalista.
En la década del 30, Corina Kavanagh era una hermosa y decidida mujer. Proveniente de una familia enriquecida, llamados despectivamente "nuevos ricos", por su sangre no corría linaje patricio pero sí ansias de trascender. Cuentan que por aquellos años la mujer había mantenido una historia de amor con un joven de alta alcurnia hijo de Mercedes Castellanos de Anchorena, la que se oponía tajantemente a la relación y que logró hacer que terminara. Dicen que dolida, humillada y decidida a tomar revancha, Corina elaboró una venganza sin sangre...pero con ladrillos. Nacía el Kavanagh Nada desvelaba más a los Anchorena, sus rivales, que la construcción de la Basílica del Santísimo Sacramento, hoy un templo abierto a la comunidad pero por aquellos años realizado a pedido de la familia para que se convirtiera en el sepulcro familiar. La familia vivía en el palacete que hoy es la Cancillería, justo del otro lado de la Plaza San Martín. Pero la intención de la matriarca de los Anchorena era comprar un lote vacío que estaba justo enfrente a la iglesia, para construir su nueva mansión y que la parroquia quedara así anexada. Paradójicamente, si hoy alguien quiere mirar de frente la actual basílica del Santísimo Sacramento, debe pararse en el pasaje "Corina Kavanagh"
Dispuesta a golpear donde más duele, cuentan que Corina Kavanagh redobló la apuesta y tras comprar el solar, ordenó al estudio de los arquitectos Sánchez, Lagos y de La Torre (célebre en la época) la construcción de un gran edificio con una sola intención: tapar completamente la visual de la iglesia desde muchos ángulos. Pero, y principalmente, desde los ventanales de la mansión de los Anchorena.El terreno donde hoy se sitúa el Kavanagh pertenecía al hotel Plaza y, según el mito urbano, la mujer aprovechó un viaje de su archienemiga Anchorena para adelantarse a la compra del lugar. Para lograr su cometido, cuentan que la mujer vendió tres estancias que poseía en Venado Tuerto. Tan sólo 14 meses demoró el levantamiento del edificio (entre el 1934 y el 1936), mole que, entre otros récords, ostenta el de haber poseído el primer aire acondicionado central de la Argentina. Su forma escalonada, además de seguir un estilo racionalista, responde también a las restricciones del Código de Edificación de aquel entonces que fue limitando su tamaño original. Cuenta con 33 pisos y 113 departamentos de lujo (todos completamente distintos entre sí). Con 3 ascensores, 5 entradas independientes, 5 escaleras, locales en la planta baja y estacionamiento, resultó una verdadera novedad para la época, que se vio sorprendida por cómo el inmenso lugar se nutría de una pileta, talleres de lavado y planchado, cámara frigorífica para pieles y alfombras, sistema telefónico central y depósitos de seguridad.El objetivo fue estrictamente cumplido: hoy, desde el único lugar donde se puede ver la iglesia es el pasaje que corre el hotel Plaza y la torre, que se llama...Corina Kavanagh. "Aún hoy no cuenta con portero eléctrico y hay que anunciarse como en un hotel".
Dijo Julio Ianovsky:
No me dejastes nada,contastes todo. Y ahora? Yo que aporto.-
Va la historia de venganza y despecho que terminó con el primer rascacielos de latinoamericaEsta es la historia de dos familias enfrentadas que dejó sus huellas en Retiro. Los Anchorena, que vivían en el actual Palacio San Martín con 150 sirvientes y los Kavanagh, adinerados, aunque no patricios. Hacia 1920 los Anchorena construyen la iglesia del Santísimo Sacramento como futuro sepulcro familiar. Cuenta la leyenda que uno de los Anchorena se enamoró perdidamente de una Kavanagh, aunque el romance no fue aprobado por su familia y no pudo prosperar.La enamorada despechada Corina Kavanagh decidió una venganza arquitectónica: en Florida y San Martín, ordenó la construcción de un edificio cuyo único requisito era que impidiera la vista desde el palacio Anchorena a la iglesia, objetivo que aún cumple el edificio Kavanagh. "Incluso, si alguien quiere mirar de frente la actual basílica del Santísimo Sacramento, debe pararse en el pasaje "Corina Kavanagh. Con 120 metros de altura y una imagen escalonada en terrazas, fue el edificio más alto de Sudamérica en su momen­to y el primero edificado en hormigón armado y con aire acondicionado central

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