miércoles, 9 de enero de 2008

DE DESCUENTOS Y DESENCUENTROS (2ª PARTE)

Cierto es que este lunes no ha sido justamente todo lo positivo que quisiera. ¿Problemas? Ninguno.
Es un dia, seguramente mas de una vez les habrá sucedido, en el que mi espíritu y mi cabeza no se esfuerzan por formar un gran equipo.
Mis amigos ahora aparecerían para tacharme el comentario: "si jugas de perdedor es porque vos queres" o "te es mas cómodo quedarte sentado que ir al frente". Quizá algo de razón tengan. Pero también es cierto que los lunes fácilmente se nublan (el problema es que aunque mi Servicio Meteorológico me lo grita no hago ningun esfuerzo por creerle que el sol está justo ahí, cercano a toda mirada).
Pero no, no hagamos novelas. Por lo menos no de mis escondites espirituales. Hoy no, Lucas. No es el momento.
Ahi tiré ese libro.
Tomé este otro.
Es un libro demasiado pequeño, que solo dice que hoy, por segunda vez, este que escribe se acercó al mismo (sí, ahí tuve agallas: al mismo!) Adidas del Abasto del que con desazón se había retirado hace tan solo unos días.
Antes de hacer cualquier intento por probarme nuevamente las zapatillas apunté directo a la caja: "- Oiga, señorita, formo parte de un grupo de entrenamiento de Adidas (adorable grupo, agregaré ahora que los convido), y tengo un descuento-". "- Bien, vení por este lado-", me dijo.
No pude evitar sentirme poderoso. Me sentí observado por la gente que en la caja se amontonaba para pagar sus compras. Hasta envidiado, diré con total ausencia de seguridad y con la libertad que me da este medio para decir casi cualquier cosa sin que noten mi cara desvergonzada.
Me acerqué entonces al sector de la caja que la señorita me marcaba. Creí ver una alfombra roja debajo de mis pies. Supuse que un champagne sería descorchado en mi honor. Imaginé frutas exóticas que me serían convidadas para amenizar la espera hasta la aparición de un esforzado vendedor.
"- Tenemos un problema-", me despabiló la cajera. "- Como hace poco que nos mudamos, aun no tenemos mail. Por eso, no nos pasaron ningun listado con las personas de los grupos de Adidas, aunque estamos informados del tema-". "- Ahá-", asentí sin poder evitar la sonrisa. "- Lo que podes hacer es ir al Paseo Alcorta o al local de San Isidro ya que ahí sí están conectados-". "- Bárbaro, buenísimo-".
Me fui. Ausente de toda pena. Con esa sonrisa que duraba. Casi que aprendiendo una nueva enseñanza: si las cosas tienen que salir mal, pueden salir mal dos veces.
Y ahora aqui me encuentro, entonces, compartiendo con ustedes esta nueva derrota. Una mas. No es la primera, claro. Tampoco será la ultima, lamentablemente.
Amigas, amigos, me retiro con paso de murga, con la esperanza de cruzarme, en una próxima esquina, con un hada que me exorcice y me haga pasar al bando de los triunfadores (¿saben algo de exorcismos las hadas? No lo sé, pero déjenme elegir una dama para que me encamine!).
Salud y largas carreras.
PD: Le haré caso a la señorita vendedora y el miércoles, probablemente, encare para el Alcorta. Pero, ahi si, yendo al frente como mis amigos quisieran: si no hay descuento, ¡que va!, me las llevo igual. "-Envuelvame unas Adistar Control, muchacha. Los caminos no entienden nada de burocracias-".

No hay comentarios: